lunes, 15 de febrero de 2016

MONTESQUIE ESCRIBE A CATALINA II



Señora, después de haberme maravillado y encantado de vuestras victorias durante cuatro años seguidos, me maravillo más aún de vuestras fiestas. Me cuesta trabajo comprender como ha logrado vuestra Majestad Imperial que el Mar Negro llegue a una llanura cerca de Moscú. . 
Me postro a los pies de Vuestra Majestad Imperial para pedirle muy humildemente perdón por haberme atrevido a molestarla con mis importunidades miserables. 
Haré más, señora reprimiré mi charlatanería. Comprendo que fastidio a la conquistadora, a la legisladora, a la bienhechora: me es permitido adorarla, pero no me es permitido fastidiarla con exceso. Hay que poner límites a mi celo y a mis temeridades. Hay que limitarse, a pesar suyo, al más profundo respeto. 
Sabía muy bien que la muy ilustre Catalina II era la primera persona del mundo entero, pero no sabía que fuese mágica. 


SALUDOS DE 

Montesquieu.